martes, 29 de enero de 2008

A mis noches.





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Un amanecer silencioso, dos cuerpos extasiados de una noche comprometida, anunciada y perfectamente degustada... con su respiración lenta viajando a mis oídos, mi cuerpo en trance, sus manos redondeando con tanta táctica un punto débil.
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Y mi fijación en las ciento sesenta lunas encontradas, escritas en su piel, mi fijación en sus ojos escondidos por el reflejo de su supuesta turbación, mi fijación en cada danza cuerpo...y por robo momentáneo de aquella supuesta turbación que yo si tuve, mi fijación quedó paralizada en la suya, sintiendo una noche en vano, con la mente dando vueltas hacia atrás...que por suerte, por destino, por simpleza, por cariño o por que sí, volcó nuevamente su rumbo este frío, envidiable y apacible domingo.

1 comentario:

el radionauta dijo...

porque no puedo dejar de pensar en nuestras voces que llenaban los silencios de las demas ventanas.. la mañana del domingo pasado..?

rumores de gritos exitados que rebotaban y se perdian hacia el cielo.. ya indescifrables.. pero con certeza de comfort.. de calor..

de cariño.


te a-do-ro.